La ciudadanía implica verse a uno
mismo como persona autónoma y competente, con un conjunto de metas personales por realizar; y,
al mismo tiempo, como miembro de una comunidad
política legitimado para discutir y para involucrarse en los asuntos que
competen a dicha comunidad. Veámoslo con más detalle.
Una persona ciudadana crítica:
• Se informa y se forma criterio
de los asuntos colectivos y públicos.
• Sabe expresar sus opiniones
críticas y ponderar otras opiniones.
• Hace respetar sus derechos y
los de los demás ciudadanos y habitantes.
• Posee competencias ciudadanas.
• Demanda una democracia más
profunda y sostenible, más inclusiva, con mejores instituciones y con una
cultura política más democrática.
Una persona ciudadana integrada:
• Tiene un sentido crítico que no
la lleva a disociarse.
• Ante la insatisfacción, crítica
o pérdida de apoyo institucional procura la incidencia
individual o colectiva, para
mejorar aquello que lo requiera.
• Conoce los mecanismos institucionales
y legales de incidencia.
• Participa cuando lo considera
importante directamente o por medio de sus
Representantes.
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